En Madrid, al igual que
otras regiones-capital de los países europeos, la importancia del sector
servicios alcanza cotas que están muy por encima de la media nacional. Los
últimos datos disponibles (año 2005, estimación de avance del INE) muestran que
los servicios representan el 76,1 por 100 del valor añadido de la región y el
75,8 % del empleo total de la región, (3.166.800 personas), cifras que en
términos relativos son algo más elevadas cuando los datos se refieren
exclusivamente a Madrid-capital, donde más del 80% de las personas que trabajan
realizan actividades de servicios, bien sea en el sector público o en
actividades privadas.
La expansión que han
experimentado los servicios ha sido espectacular en las últimas décadas.
En 1959, las personas que realizaban tareas de servicios en España
suponían alrededor del 31,5% del total. Nuestro país podía todavía calificarse
entonces, según se afirmaba en algunos textos, como ‘un país esencialmente
agrícola’, aunque las actividades industriales y las relacionadas con la
construcción tenían ya notable importancia. En 1975, el anterior porcentaje se
elevaba ya al 42,6 % del total de empleos y treinta años más tarde, es
decir, en 2005, la cota porcentual alcanzada se sitúa - como antes se ha
indicado - por encima del 65%, equivalentes a 11,2 millones de puestos de
trabajo.
El hecho de que Madrid
pueda calificarse hoy como una economía de servicios no constituye algo
reciente. De hecho, en 1959
el peso del
empleo en actividades de servicios en Madrid (612.755 empleos según datos de la
serie BBVA) equivalía ya al 59,5% del empleo total de la región.
Pero, lo
que ha sucedido desde entonces es que dicha cifra se ha triplicado como
consecuencia no sólo del constante crecimiento de la población en
Madrid-capital y en la Comunidad de Madrid en su conjunto, sino debido a la
creciente capacidad de concentración de servicios que se ha producido en Madrid
y su área metropolitana. Por supuesto que el hecho de que la Administración
Central tenga la mayoría de sus organismos en Madrid ha sido uno de los motores
favorables a la expansión de la economía madrileña, en general, y de forma
particular en cuanto a los servicios. El llamado ‘efecto capital’ que se
observa en otros muchos países (con ejemplos como París, Berlín, Bruselas,
Londres, Copenhague y otras capitales) ha tenido también su reflejo en el caso
de España, incluso a pesar del fuerte proceso de descentralización que ha
comportado la existencia de las comunidades autónomas. La proximidad a los
centros políticos de decisión atrae la localización de las sedes de muchas
grandes empresas nacionales y las representaciones de muchas multinacionales,
además de numerosas empresas de servicios cuya área de mercado es muy amplia
(como sucede con determinados servicios a empresas). A todo ello se ha ido
sumando la potenciación financiera de la capital (concentración de centrales
bancarias y de nuevas entidades financieras; relevancia de la Bolsa de Madrid;
sedes de compañías de seguros), así como el importante crecimiento de las
actividades relacionadas con el turismo (negocios, espectáculos, museos), el
ocio, y la fuerte expansión de las ferias y exposiciones, donde Ifema se ha
convertido en un punto de referencia a escala internacional.

patas!
ResponderEliminar