jueves, 16 de mayo de 2013

Sector Terciario


En Madrid, al igual que otras regiones-capital de los países europeos, la importancia del sector servicios alcanza cotas que están muy por encima de la media nacional. Los últimos datos disponibles (año 2005, estimación de avance del INE) muestran que los servicios representan el 76,1 por 100 del valor añadido de la región y el 75,8 % del empleo total de la región, (3.166.800 personas), cifras que en términos relativos son algo más elevadas cuando los datos se refieren exclusivamente a Madrid-capital, donde más del 80% de las personas que trabajan realizan actividades de servicios, bien sea en el sector público o en actividades privadas.
La expansión que han experimentado los servicios ha sido espectacular en las últimas décadas. En 1959, las personas que realizaban tareas de servicios en España suponían alrededor del 31,5% del total. Nuestro país podía todavía calificarse entonces, según se afirmaba en algunos textos, como ‘un país esencialmente agrícola’, aunque las actividades industriales y las relacionadas con la construcción tenían ya notable importancia. En 1975, el anterior porcentaje se elevaba ya al 42,6 % del total de empleos y treinta años más tarde, es decir, en 2005, la cota porcentual alcanzada se sitúa - como antes se ha indicado - por encima del 65%, equivalentes a 11,2 millones de puestos de trabajo.
El hecho de que Madrid pueda calificarse hoy como una economía de servicios no constituye algo reciente. De hecho, en 1959
el peso del empleo en actividades de servicios en Madrid (612.755 empleos según datos de la serie BBVA) equivalía ya al 59,5% del empleo total de la región.
Pero, lo que ha sucedido desde entonces es que dicha cifra se ha triplicado como consecuencia no sólo del constante crecimiento de la población en Madrid-capital y en la Comunidad de Madrid en su conjunto, sino debido a la creciente capacidad de concentración de servicios que se ha producido en Madrid y su área metropolitana. Por supuesto que el hecho de que la Administración Central tenga la mayoría de sus organismos en Madrid ha sido uno de los motores favorables a la expansión de la economía madrileña, en general, y de forma particular en cuanto a los servicios. El llamado ‘efecto capital’ que se observa en otros muchos países (con ejemplos como París, Berlín, Bruselas, Londres, Copenhague y otras capitales) ha tenido también su reflejo en el caso de España, incluso a pesar del fuerte proceso de descentralización que ha comportado la existencia de las comunidades autónomas. La proximidad a los centros políticos de decisión atrae la localización de las sedes de muchas grandes empresas nacionales y las representaciones de muchas multinacionales, además de numerosas empresas de servicios cuya área de mercado es muy amplia (como sucede con determinados servicios a empresas). A todo ello se ha ido sumando la potenciación financiera de la capital (concentración de centrales bancarias y de nuevas entidades financieras; relevancia de la Bolsa de Madrid; sedes de compañías de seguros), así como el importante crecimiento de las actividades relacionadas con el turismo (negocios, espectáculos, museos), el ocio, y la fuerte expansión de las ferias y exposiciones, donde Ifema se ha convertido en un punto de referencia a escala internacional.

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